Lo que enseña la Iglesia Católica sobre la fecundación in vitro

Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,  

En mi columna del 17 de marzo del 2024 del Catholic Times, escribí que el Tribunal Supremo de Alabama tenía “toda la razón” en su reciente decisión de proteger la vida de los niños embrionarios creados mediante fecundación in vitro (FIV). Hoy me gustaría profundizar en por qué la Iglesia católica considera que la fecundación in vitro es incorrecta. Esto es importante porque muchas personas que se consideran provida criticaron erróneamente al Tribunal Supremo de Alabama, que en realidad no prohibió la fecundación in vitro, sino que de hecho protegió a los niños embrionarios como seres humanos cuyas vidas son sagradas desde el momento de la concepción.

Los defensores provida estan equivocados que piensan que todos los medios para traer niños al mundo son buenos y deben fomentarse. Existe una empatía natural por las parejas estériles que desean desesperadamente tener hijos. Se preguntan por qué la Iglesia católica no apoyaría la fecundación in vitro como medio para ayudar a estas parejas infértiles a tener hijos y formar una familia. Sí, la Iglesia católica quiere ayudar a esas parejas, pero los medios para hacerlo deben ser moralmente lícitos, como la adopción, ya que el fin no justifica los medios.

En primer lugar, sería útil aclarar la terminología. La expresión “in vitro” significa “en vidrio” en latín. Se refiere a una placa de laboratorio de vidrio o tubo de ensayo utilizado por científicos y médicos. Se contrapone a in vivo, que significa “en una persona viva”, o in utero, que significa “en el útero o matriz” de la mujer. Según el Centro de Fertilidad de Yale, “la FIV es un procedimiento que consiste en extraer óvulos de una mujer y una muestra de esperma de un hombre y combinarlos en una placa de laboratorio. Después, se transfiere un embrión fecundado -o a veces más de un embrión- al útero de la mujer”. 

Los problemas de la fecundación in vitro fueron explicados en una declaración emitida el 8 de marzo del 2024 por el obispo Michael F. Burbidge de Arlington, Virginia, que preside el Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB por sus siglas en ingles), en la que afirmaba: “Los niños tienen derecho a nacer de su madre y padre casados, mediante un acto personal de amor abnegado. La fecundación in vitro, por muy bien intencionada que sea, rompe este vínculo y estos derechos y, en su lugar, trata a los seres humanos como productos o propiedades. Esto es aún más cierto en las situaciones que implican donantes anónimos o maternidad subrogada. Por supuesto, esto no significa que nuestros hermanos y hermanas concebidos mediante FIV sean “menos” que los demás. Toda persona tiene un valor inconmensurable, independientemente de cómo haya sido concebida, y eso se aplica absolutamente a todos los niños creados mediante FIV, la mayoría de los cuales no han nacido y puede que nunca nazcan. El hecho es que, en la industria de la FIV, muchos embriones nunca se transfieren al útero de una madre, sino que se destruyen o se congelan indefinidamente, y, de los que se transfieren, sólo una fracción sobrevive al nacimiento. En total, hay millones de seres humanos que han sido asesinados o potencialmente congelados de forma permanente por esta industria. Esta no puede ser la respuesta a los problemas de fertilidad. En los esfuerzos por traer una nueva vida, no podemos volver la cara a las muchas más vidas que se truncan y extinguen en el proceso”.

El Secretariado de Actividades Provida de la USCCB publicó un informe titulado “Fecundación in vitro: El costo humano”, que dice: “Algunas declaraciones públicas sugieren erróneamente que un fallo judicial reciente en Alabama, que permite a los padres demandar a una clínica de FIV por causar la muerte injusta de sus hijos embrionarios congelados, no tiene precedentes. Pero en el 2021, un jurado concedió 15 millones de dólares a familias cuyos óvulos y embriones congelados fueron destruidos debido al fallo de un congelador que una clínica de FIV de California sabía que era defectuoso. En el 2018, se interpusieron al menos 22 demandas contra una clínica de FIV de los Hospitales Universitarios de Cleveland por permitir la muerte de más de 4.000 óvulos y embriones congelados debido a que se había apagado un sistema de alarma remoto para advertir de las fluctuaciones de temperatura. Tras cinco años de disputas legales, las demandas se resolvieron por una cantidad no revelada.”

En cuanto al riesgo de problemas de salud de los niños concebidos mediante FIV, el informe cita un estudio realizado en el 2020 en Alemania que concluyó: “El riesgo de malformaciones congénitas es aproximadamente un tercio mayor en los niños concebidos con ayuda de la tecnología de FIV que en los demás niños”. Se incluyen malformaciones del sistema cardíaco, musculoesquelético y genitourinario.

En el 2017, médicos de la Universidad de Pensilvania llegaron a conclusiones similares: La FIV está “asociada con resultados obstétricos y perinatales adversos, así como con anomalías congénitas.” Un estudio en el 2013 descubrió que los niños nacidos mediante FIV tenían un riesgo entre 2 y 3 veces mayor de padecer un tipo de cáncer muscular y un tipo de cáncer de hígado.

Los estudios también indican mayores riesgos para la salud de las mujeres que conciben mediante FIV. Un estudio en el 2022 publicado en el Journal of the American Heart Association descubrió que las mujeres que concebían con “tecnología de reproducción asistida” como la FIV tenían muchas más probabilidades que otras madres con partos hospitalarios de sufrir “resultados obstétricos adversos”, como lesión renal aguda, arritmia y desprendimiento de placenta.”

Al producir embriones humanos fuera del útero, las clínicas de FIV los exponen a diversas formas de manipulación, incluido el riesgo de que sean “mezclados” entre familias sin el conocimiento o consentimiento de los padres. Esto ha dado lugar a escándalos, padres agraviados y demandas judiciales.

Me consta que hay parejas que han tenido un hijo por FIV, sin saber que existen graves objeciones morales a la fecundación in vitro. La Iglesia católica enseña que una persona no es moralmente culpable de pecado si no es consciente de que una determinada acción es pecaminosa. Por eso es importante que estemos bien informados sobre esta cuestión tan importante que afecta a tantas personas.

 Que Dios nos conceda esta gracia. Amén.