4 de Febrero de 2024 -¿Las uniones entre personas del mismo sexo ya pueden ser bendecidas en la Iglesia Católica? No

Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo,

El 18 de diciembre de 2023, Su Eminencia el Cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Fe, emitió una Declaración, Fiducia Supplicans, sobre el significado pastoral de las bendiciones. Algunas personas han interpretado erróneamente esta Declaración en el sentido de que las uniones entre personas del mismo sexo pueden ahora ser bendecidas en la Iglesia católica. La confusión y consternación resultantes entre los laicos, el clero e incluso la jerarquía, llevaron al Cardenal Fernández a publicar una aclaración el 4 de enero de 2024. Dado que, tras la publicación de la Declaración y las posteriores aclaraciones, quedan muchas preguntas por resolver, he enviado una instrucción a nuestros sacerdotes y diáconos sobre la correcta interpretación y aplicación de las bendiciones en nuestra diócesis. En su aclaración del 4 de enero de 2024, el cardenal Fernández reconoció el papel propio del obispo local en el tratamiento de estos asuntos, diciendo: “Cada obispo local, en virtud de su propio ministerio, tiene siempre la potestad de discernir in loco, es decir, en aquel lugar concreto que conoce mejor que otros precisamente por tratarse de su propio rebaño.”

Para resumir los puntos claves de mi instrucción, una “bendición” se entiende a menudo en el lenguaje popular como una expresión de aprobación, como cuando un hombre pide la bendición paterna para la propuesta de matrimonio a su hija. Como señala la Declaración sobre el sentido pastoral de las bendiciones, una bendición en sentido litúrgico o pastoral tiene un significado muy distinto. A este respecto, la Declaración cita (en el pár. 10) el Libro de las Bendiciones, donde dice que “las fórmulas de bendición tienen como objetivo principal dar gloria a Dios por sus dones, pedir sus favores y frenar el poder del mal en el mundo”.

La Declaración señala (en el pár. 11) que “es necesario que lo que se bendice corresponda a los designios de Dios escritos en la creación y plenamente revelados por Cristo el Señor. Por esta razón, puesto que la Iglesia siempre ha considerado moralmente lícitas sólo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio, la Iglesia no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ello ofrezca de algún modo una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial”. En una época y una cultura en las que la cohabitación de parejas heterosexuales no casadas, así como de parejas del mismo sexo, no se reconoce como gravemente pecaminosa, cualquier acción de la Iglesia, sea litúrgica o no, que parezca dar aprobación eclesial a tal comportamiento es a la vez escandalosa y confusa y, por tanto, debe evitarse.

La Declaración dice (en los párrafos 38-39) que el clero “no debe proveer ni promover un ritual para la bendición de parejas en situación irregular. Al mismo tiempo, no se debe impedir ni prohibir la cercanía de la Iglesia a las personas en cualquier situación en la que puedan buscar la ayuda de Dios a través de una simple bendición. En una breve oración que preceda a esta bendición espontánea, el ministro ordenado podría pedir que las personas tengan paz, salud, espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutua, pero también la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad. En cualquier caso, precisamente para evitar cualquier forma de

confusión o escándalo, cuando la oración de bendición es solicitada por una pareja en situación irregular, aunque se exprese fuera de los ritos prescritos por los libros litúrgicos, esta bendición nunca debe impartirse en concurrencia con las ceremonias de una unión civil, y ni siquiera en conexión con ellas. Tampoco puede realizarse con vestimentas, gestos o palabras propias de una boda. Lo mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo”. El clérigo que imparte la bendición debe dejar claro que no está bendiciendo la relación irregular en sí, sino que está bendiciendo a las personas que buscan vivir una vida de buena moral e integridad.

Por lo tanto, cuando se pide una bendición por una persona o personas que pueden estar viviendo en una relación heterosexual irregular (por ejemplo, cohabitando sin matrimonio) o los que están en una relación sexual con alguien del mismo sexo, una oración informal sugerida puede ser algo en la línea de: “Que Dios te bendiga y te dé la gracia de convertirte del pecado y vivir de acuerdo con su ley divina.” El cardenal Fernández ha ofrecido su propia sugerencia de redacción para una “bendición espontánea que no aprueba la relación ilícita ni las acciones pecaminosas de la pareja, sino que reza por su conversión para vivir de acuerdo con la ley de Dios”, diciendo que “el sacerdote puede recitar una oración sencilla como ésta: ‘Señor, mira a estos hijos tuyos, concédeles salud, trabajo, paz y ayuda mutua. Líbrales de todo lo que contradice tu Evangelio y permíteles vivir según tu voluntad. Amén’. Luego concluye con la Señal de la Cruz sobre cada una de las dos personas”.

La eficacia de los sacramentales, como la bendición, depende de la disposición espiritual de la persona que hace uso del sacramental. Las personas que viven una vida inmoral y no tienen intención de arrepentirse y alejarse de sus pecados no recibirán ayuda de una bendición. Por otra parte, las personas que viven una vida inmoral y que realmente desean apartarse de sus caminos pecaminosos serán ayudadas inmensamente por la gracia de Dios impartida en una bendición.

Se invita a las personas con atracción hacia personas del mismo sexo a participar en el apostolado de Courage International, una organización de hombres y mujeres que experimentan atracción hacia personas del mismo sexo y que se han comprometido a luchar por la castidad. El capellán del Apostolado del Coraje en nuestra diócesis es el Padre Jim Isaacson, párroco de la Parroquia de Santa Catalina Drexel en Springfield. Puede ponerse en contacto con él confidencialmente a través de la oficina parroquial al (217) 523-4501 o por correo electrónico en courage@dio.org. A través del apostolado Courage, las personas que experimentan atracción por personas del mismo sexo reciben apoyo pastoral en forma de orientación espiritual, oración comunitaria, apoyo y compañerismo. Se inspiran en la llamada del Evangelio a la santidad y en las hermosas enseñanzas de la Iglesia católica sobre la bondad y la finalidad inherente a la sexualidad humana.

Que Dios nos conceda esta gracia. Amén.